Metí mi cabeza en las sábanas y esperando que nadie escuchara grité; ¿Porqué no puedo ser como la gente norma, eh? ¿Es mucho pedir?
Por otra parte, que no estaba en mi naturaleza. Yo nacía y crecí entre cristianos, siempre diciendo que debía respetar mi cuerpo, mi moral y que Dios ve todo lo que hago. Agh.
Si mis padres supieran que quiero hacer cosas como adolescentes normales, me encierran en mi cuarto por lo menos un mes. Así que lo que es mentir y llorar en silencio, bueno, así es mi vida.
Pareció como si los dioses hubiesen oído mis súplicas por tener algo que hacer, porque casi al instante recibí tres mensajes que decían lo mismo:
"Gran fiesta esta medianoche en Richmond, todo el mundo estará allí"
La sensación de entusiasmo me hizo saltar inmediatamente de la cama. Eran las 23:30, lo que me fejaba media hora para prepararme y buscar algo... ¿Sexy? O lo más que pudiera.
Aún teniendo siempre en mi mente el discurso de mis padres si se enteraran de esto, no me importó. Iba a hacer lo impensable para estar en la fiesta esta noche.
Corrí hacia el baño, rápidamente me quité la ropa y entré en la ducha. Al salir me envolví en una toalla y corrí de vuelta a mi habitación. Busqué la ropa que me podía hacer ver lo más presentable para una fiesta; una camisa blanca, unos pantalones ajustados y una chaqueta de cuero. Me miré al espejo y me sentí viva, pocas veces en la vida me he visto a mí misma y me ha gustado como soy y como me veo; esta es una de las veces.
No sé por que, pero recordé lo que suelen decir mis padres: "Dios está de tu lado" y esta vez, podía aprovecharme de eso, ¿no?
Era tiempo del maquillaje, fui al baño y tomé todo lo que había allí y lo llevé a mi habitación. Por el camino la mitad de las cosas terminaron por el suelo, no me importó, tomé un espejo y comencé a reparar las imperfecciones que hay en mi rostro. Capas y más capas de rimel y para terminar, brillo labial. Ya estaba lista para salir.
Agarré mi teléfono y lo guardé en el fondo de mi pantalón, mientras caminaba de puntillas por el pasillo y luego bajé lo más silenciosa posible por las escaleras. Por fin llegué a la puerta y salí.
Sentí el aire frío en mis mejllasy a diferencia de otras veces, me gustaba. No podía creer que estaba por cruzar y salir de la circunferencia de mi casa para ir a una fiesta. Pero valió la pena.
Crucé la calle, manteniendo los ojos en la carretera. Richmond no estaba muy lejos de onde yo vivía, lo que era una ventaja total.
Justo cuando estaba a punto de doblar la esquina para hacer mi camino por la calle Jefferson, mi teléfono empezó a zumbar.
Desbloque el teléfono y ví que tenía un mensaje de mi hermano menor. Mierda.
De: Dennis
Estarás muerta cuando mamá y papá se enteren de que te escapas de casa, hermanita.
Para: Dennis
No si no quieres que ellos se enteren de que ves porno.
Recibí otro mensaje y sonreí. Sabía que había ganado.
De: Dennis
Bien.
Juesto cuando estaba a punto de meter mi teléfono en el bolsillo, recibí otro mensaje, esta vez de mi mejor amiga, Carly.
De: Carly
Entonces, Sra. "Me quedo en casa empollando" ¿viene a la fiesta?
Para: Carly
Ya casi llego. No creas que te hablaré si sigues así. Reí.
De: Carly
Rayos, trabajas rápido. ¿Estás diciendo que vienes y te quedarás más de media hora?
Ella y su sarcasmo, divertida ¿no? Ajá.
Para: Carly
Si, me escapé y voy decidida a quedarme más de media hora, por supuesto.
De: Carly
¡Chica malaaaa!
Ahí terminó la conversación, entonces caminé y me di cuenta de que ya estaba en Richmond, y para mi sorpresa, todo el mundo estaba ahí, bebiendo, bailando, riendo y fumando.
— Bueno, ya entré, esto es algo. -Dije buscando a Carly con la mirada.-
— ¡Wow, tú realmente lo has hecho! -Escuché a Carly gritar detrás de mí con un par de cervezas en la mano.-
— Te dije que lo haría. -Hice una mueca de superioridad.-
— Sí, pero no pensé que en realidad lo harías. -Se burló-
— Oh, gracias por creer en mí, mejor amiga. -Respondí sin humor y ella me sacó la lengua antes de entregarme una cerveza.- Cuanto quieras.
— Espera, ¿qué es esto? -Observé la sustancia que me había entregado y Carly me vió como si estuviera loca.-
— ¿Cerveza? -Preguntó con tono de obviedad-
— Sé lo que es, pero, ¿por qué me la das a mí? -La miré elevando las cejas-
— ¿No querías comenzar a ser como una adolescente normal? Entonces bebe una cerveza con tu mejor amiga y serás más normal. Solo una vez querida _______, hay que vivir al máximo, especialmente esta noche.
Encogí los hombros y empujé el vaso para inclinarlo sobre mí, tiré mi cabeza hacia atrás y comencé a tragar aquel líquido desagradable mientras este pasaba por mi garganta antes de dejar escapar un suspiro limpiándome los labios de aquella bebida.
— Agh.
— Maldita sea. -Habló Carly con los ojos abiertos- Sabía como beber esa mierda... -Ella sonrió antes de envolver uno de sus brazos por mi hombro- Me siento orgullosa.
— Estás loca Carly, ¿lo sabías? -La miré por encima del hombro con una sonrisa divertida-
— Me lo dicen mucho, es lo que soy. -Ella se encogió de hombros antes de que las dos estalláramos en un ataque de risas-
— Bien hecho, nena.
Volví mi cabeza curiosamente para encontrar a un chico de pelo rubio mirándome con una sonrisa astuta pintada en sus labios gruesos, mientras dejaba ver la luz de sus ojos azules.
Arqueando una ceja, tragué la saliva que se había formado por mis nervios que empezaban a acumularse mientras lamía mis labios. Sentí las uñas de Carly en mi brazo mientras yo controlaba un grito ahogado por el dolor que sentía.
— Uff, gracias.
— Te felicito por bebértelo tan rápido. -Ignoró mi anterior comentario, continuando con lo que estaba diciendo.- Normalmente, las chicas de aquí no saben como beber. Estoy impresionado. -Me guiñó el ojo, antes de ponerse de nuevo sus gafas y sin decir nada más, pasó junto a nosotros con un grupo de chicos que siguieron a su líder y desaparecieron entre el mar de gente.
— Ay. -Murmuré mientras me daba la vuelta. La mano de Carly me estaba rasgando el brazo, mientras yo me lo frotaba para que el dolor pasara.- No hacía falta que me agarraras así, ¿sabes?
— Oh dios mío. -Carly suspiró hacia fuera, como si estuviera en un sueño. To pasé mis dedos por delante de su cara.
— ¡Tierra llamando a Carly! -Agité mi mano- ¿Qué te pasa? -Le solté mientras ella se volvió a mí con los ojos muy abiertos.
— ¿Sabías quien era? -Se quedó boquiabierta cuando me di la vuelta torpemente mirando a las personas de la fiesta, para poco después, volver mi atención hacia ella.
— ¿Se supone que debo saberlo?
— ¿En serio? -Me dió una palmada en el brazo-
— Una vez más, ¡auch! -Me aparté sin dejar de frotar mi brazo. Me miró como si hubiera visto un fantasma.- ¿Perdiste tu mente? Porque te ayudaré a encontrarla. -Le contesté arqueando una ceja.
— No estoy bromeando, _______. -Tragó saliva, deshaciéndose de su nudo en la garganta.
— ¿Entonces, qué pasa contigo? ¿Tengo que saber quien es él? -Fruncí mis cejas-
— Él es Danger. -Exhaló con voz temerosa. -Es el chico más mencionado en esta ciudad. Ha hecho cosas que nadie puede creer. Es el que manda en su banda. -Me encojí de hombros sin saber todavía lo que me estaba diciendo. Ella suspiró. -¿Sabes los chicos que andan por ahí con los colores negro y rojo en sus ropas? -A medida que continuaba mirándola con ojos confundidos, suspiró.- Puede sonar cursi, pero ellos dominan esta ciudad, _______. Acabas de hablar con el jefe de la banda.
Aspiré ante aquella información, mi estómago se encogió. Esto definitivamente no era lo que tenía planeado para pasar un buen rato.
